Llevaba mucho tiempo sin pasarme por aquí, pero volvemos a la rutina, rutina que incluye mi querido blog, por fin.
El verano para mí es momento de desconexión total. Quizá este año a la fuerza (me quedé sin datos en el teléfono la primera semana del mes) o quizá porque yo misma así lo hago, pero, a pesar de no abandonar del todo las redes sociales, agosto es el mes en el que desconecto absolutamente de todo. Me pongo en modo standby y me dedico a descansar y pensar en otras cosas.
Este verano ha sido muy productivo a nivel mental. He reflexionado mucho sobre lo que quiero y no quiero en mi vida y sobre los cambios que tengo que tener en ella para conseguir mis objetivos. Como septiembre además, para mí, significa año nuevo, es el momento ideal para empezar ciertas rutinas y hacer desaparecer otras. Es por ello que a pesar de tener mis propósitos de año nuevo, que ya compartí en su momento, ahora tengo unos propósitos de curso nuevo o como queramos llamarlo. Y estos propósitos son:
- Reducir el consumo de carne. No sé si voy a hacerme vegetariana. En realidad me gusta la carne, pero si dejo de comerla no es por otro motivo más que porque estoy en contra de la industria alimentaria y el trato hacia los animales. Cuanto más lo pienso, más me cuesta comer carne y además, cada vez me apetece menos. Pero no soy o no me siento vegetariana radical. Creo que, en mí, esta siendo todo un proceso natural de abandono. Simplemente, he reducido mi consumo de carne y parece que de manera natural voy haciéndolo, puesto que yo en realidad no me obligo a ello. Evidentemente, en el supermercado evito comprarla, pero si quedo a comer con amigos y piden plato de carne al centro, no me parece mal e incluso puede que coma algo. Es decir, no lo niego pero prefiero no consumirlo. Por si no es suficiente, está demostrado que el consumo excesivo de carne también tiene impacto medioambiental, un tema que también me preocupa mucho. Podéis leer un artículo sobre ello aquí. Es muy interesante.
- Consumo de alimentos respetable. El abandono de la carne me lleva a otro punto, que es el respeto, en general, hacia los animales. Por ejemplo, desde hace un par de años solo compro única y exclusivamente huevos de gallinas de corral (o gallinas felices, como yo las llamo). Intento que las cosas de origen animal que compro sean lo más sanas y normales posibles y que traten a los animales de la mejor manera. Yo personalmente, no creo en el veganismo como tal, es decir, creo que una gallina va a poner un huevo decidas tú comerlo o no (por supuesto, no me parece nada mal la gente que es vegana e incluso si hay opción entre normal y vegano elijo vegano en muchas ocasiones), pero sí quiero que los huevos que coma sean de gallinas que los han puesto porque quieren, porque es su naturaleza, y no porque están metidas en una jaula sin apenas movimiento obligadas a comer y a poner huevos día y noche. Con esto, no pretendo quedar como una buena persona. No soy ni mejor ni peor que los demás, simplemente yo prefiero hacerlo así. Además, por ejemplo, por no ser hipócrita, he de admitir que sigo bebiendo leche de vaca. Bebo leche desde que era pequeña y soy bastante adicta, puesto que me gusta mucho. Hay gente que no toma porque le sienta mal (no es mi caso, a mi me encanta y me sienta genial) y gente que no bebe por principios. Por ser consecuente con los míos, debería dejar de beberla, pero esto me va a costar más, ya que la de avena no me gusta y la de soja tampoco me fascina. No voy a engañaros, soy como soy y es lo que hay; hay costumbres que cuesta arrancar, pero, mientras tanto, sigo probando leche de toda clase hasta dar con la que más me guste para poder cambiar finalmente el hábito. Todo está siendo un proceso lento y no puedo negar que sigo teniendo comportamientos con la comida que no casan con mis ideales. Aún así, estoy contenta, creo que poco a poco voy cambiando y eso es mucho más importante que directamente no cambiar nada. Cada pequeño acto cuenta.
- Quiero tener un menor impacto en la naturaleza. Desde hace muchos años me considero más o menos environmentally friendly, es decir, respetuosa con el medio ambiente. Reciclo desde que tengo uso de memoria e intento consumir el menor papel posible, más ahora que todo funciona online. Pero no es suficiente. El mundo sufre mucho porque somos mucha gente y nuestro impacto en él, si hablamos en números, es terrible. He tomado la decisión de cambiar ciertas rutinas (cosas que ya hago pero que tengo que hacer más a menudo). Por ejemplo, hay ciertos actos que son muy sencillos, no nos cuestan nada y con ello ayudamos a la naturaleza mucho más de lo que nos pensamos. Una de esas cosas es llevar siempre bolsas encima. En el maletero del coche siempre llevo una bolsa grande para hacer la compra y, cuando sé que voy a ir de tiendas, me llevo una de tela en mi bolso. Otra manera de reducir el consumo de plástico/papel es, al ir de tiendas, aceptar la primera bolsa si no llevamos ninguna, pero en el resto de compras que hagamos en ese momento, rechazar las bolsas que en este país te ponen por defecto (en Alemania no lo hacen, por ejemplo) y meterlo todo en la primera que nos dieron (o que llevamos nosotros). Mi hermana siempre ha hecho esto y me lo ha inculcado a mi, y sólo hace falta salir de tiendas y observar para tenerlo claro: las personas, bien porque es gratis o bien porque no lo pensamos, aceptamos las bolsas por defecto, y obviamos el impacto en la naturaleza que tiene cada bolsa de plástico o de papel que cogemos sin que nos haga realmente falta. Por cierto, esas bolsas que sí cojo de vez en cuando las uso siempre para tirar la basura o el reciclaje.
Otra cosa que me he propuesto y que, en realidad ya hago, es coger menos el coche. Es absurdo cogerlo cuando no tienes prisa o tienes que caminar una corta distancia. Andar es sano, es gratis y además no contamina. Coger el coche para ir a un sitio que está cerca es estúpido, y deberíamos meternoslo en la cabeza. Vivo en un sitio donde la gente, básicamente, coge el coche para ir dos calles arriba o a algún sitio que está a cinco minutos andando. Me parece el colmo del vaguerío y del egoísmo. Estamos demasiado acomodados y, de verdad, no cuesta tanto hacer ciertas cosas, cambiar ciertos pequeños hábitos, dejar de pensar tanto en nosotros mismo y pensar un poco más a nivel global.
Así que en resumen, entre mis pequeñas acciones para dejar de contaminar tanto, está coger menos el coche, llevar siempre mis propias bolsas a mano y seguir reciclando. Como comienzo no está mal.
Por supuesto, del agua ni hablo. Jamás he dejado el grifo abierto mientras me lavaba las manos o los dientes o mientras fregaba, por ejemplo. Quizás por vivir donde vivo (un sitio seco, con problemas de agua) o por mi educación, estoy muy concienciada con esto desde que era pequeña. Pero este tema da directamente para otro post y lo dejaremos para otra ocasión. - Consumo de moda consciente. Lo reconozco, no tengo grandes caprichos, pero soy una consumista. Me gusta ir de tiendas (más ahora que lo hago todo online, me encanta) y desde que tengo un trabajo estable, consumo más ropa, zapatos y productos de belleza de lo que jamás he hecho en mi vida. El mundo 2.0 no ha ayudado a esto, ya que sigo a bloggers de moda y de belleza y te crean esa ansia viva (este concepto lo entenderán las seguidoras de estas bloggers) y parece que, en cuanto ves algo lo deseas con todas tus fuerzas. Como veis, el marketing y la publicidad funcionan. Pero quiero terminar con esto. Lo sabía de antes, había leído mucho antes, pero fue allá por enero de este año cuando vi un programa de Jordi Évole en el que hablaba sobre la Fast Fashion, en el que me di cuenta de que tenía que hacer algo. Es muy fácil mirar a otra parte, pensar que no tengo dinero suficiente para pagar más por una prenda y creer que ojos que no ven, corazón que no siente. La gente explotada vive a miles de kilómetros de mí, y si tienen algo para comer es porque yo compro compulsivamente. Es fácil verlo así ¿verdad? Pero me he cansado. Tengo un armario lleno de ropa que «no me pongo». Más que nada porque siempre llevo lo mismo, lo que me gusta. No me ha hecho falta leerme el libro de La magia del orden para saber que necesito tirar/donar cosas. Así pues, de la parte donde tengo camisetas y vestidos, el sábado saqué todo lo que no me había puesto ni una sola vez en todo el verano. Mi pensamiento fue sencillo: si no me lo he puesto ni una sola vez será por algo ¿no?
La tendencia a consumir, guardar y acumular es increíble. Compramos camisetas por 12€ porque nos parecen muy baratas y pensamos «si se rompe, ya me compraré otra» y así al final gastamos cantidades indecentes de dinero en ropa de mala calidad para acumular y acumular en un armario que no te da tiempo a ponerte entero en cada estación. Lo que yo pretendo cambiar en mí misma es hacia un consumo más respetable y consciente.
Me gustaría decir que desde enero no he comprado nada del grupo Inditex, pero es mentira, ya que haciendo memoria caí en que en julio me compré un vestido largo de Bershka del que estaba enamorada. Es cierto, según mis -nuevos- principios, no debería habérmelo comprado. Sin embargo, pienso que en menos de un mes le he dado muchísimo más uso que a otras prendas que tengo desde hace años y que en realidad solo ha sido un vestido. Es decir, con este tema quiero funcionar igual que con la comida, no dejo de comer carne, pero disminuyo drásticamente el consumo, puesto que creo que es lo mejor que puedo hacer para con el mundo, consumir de forma consciente.
Por otro lado, también está entre mis intenciones el consumir de forma respetable. Cada vez me voy informando más sobre marcas de comercio justo, y que crean los productos en su totalidad en España o en otros países (Portugal, etc.) y donde sus trabajadores no son explotados. Quiero saber que, aunque más caras, las prendas que uso han sido creadas por personas que tienen un trabajo normal, en el que no son explotadas y por las que reciben un sueldo digno y justo (todo lo digno y justo que pueda resultar en nuestro país hoy día…). Así pues, en resumen, se podría decir que quiero consumir menos y mejor. Soy una amante de la moda y no tengo, en realidad, dinero para poder permitirme gastar 40€ en una camiseta, pero creo que esforzándome, es lo mejor que puedo hacer, por las personas que trabajan en este mundo (tanto trabajadores explotados, como marcas que luchan por comercio justo), como por mí. A la larga, me lo agradeceré. Mejor tener cuatro o cinco prendas buenas y de comercio justo, que veinte de mala calidad a expensas de la vida de los demás. - Belleza cruelty free. Como ya sabéis y he dicho, amo a los animales y también adoro los productos de belleza. ¿Por qué tienen que ser incompatibles? Llevo años informándome sobre esto, pero nunca he sido radical. Siendo una vez más honesta (este post está resultando un trabajo de reflexión bastante importante para mí), si algo me ha gustado, he hecho la vista gorda totalmente (un vez más, ojos que no ven…) y me lo he comprado. Pero quiero que esto termine. Si algo me gusta y testa en animales, estoy segura de que hay otra marca que no lo hace, que tiene un producto similar. Hoy día es tremendamente sencillo encontrar marcas (bien en tu ciudad, bien online) que no testan en animales.
Leí este hilo en twitter el sábado por la mañana, es bastante informativo y breve y creo que está bien para que lo tengamos presente todos aquellos que queremos esto. Me niego a que, para que yo pueda disfrutar de algo (que no esté relacionado con la medicina), existan animales que tengan que sufrir, si puede evitarse (y siempre se puede). Por eso quiero, radicalmente, una vez termine todos los productos que uso actualmente (tirarlos y perder el producto y el dinero que me costó es absurdo) consumir productos de belleza libre de maltrato animal.
Como veis está todo relacionado entre sí. Ser más consciente con lo que consumo no solo ayuda al medio ambiente sino también a los animales, y el consumo consciente de productos alimenticios y carne a su mismo tiempo también ayuda al impacto sobre el medio ambiente. Por lo tanto, en resumen, mis propósitos de curso nuevo es tener un menor impacto, en general, en el mundo. No soy una radical en absoluto (los radicalismos nunca me parecen positivos), entiendo que haya gente que no pueda permitírselo a nivel económico (por ejemplo, no voy a decirle a una familia de cinco personas con una hipoteca y un solo sueldo que consuman huevos de corral) o entiendo que, por el mundo en que vivimos, a veces sea imposible intentar ser respetuoso con según qué cosas. Lo único que creo es que, hasta donde yo pueda intentarlo, hasta donde -sin interferir en mi vida o causarme problemas- yo pueda ayudar al mundo a ser un sitio mejor, a reducir mi impacto físico en él y a dejar menos huella de contaminación, quiero hacerlo, porque creo que es importante que todos seamos consecuentes con nuestros actos y pensemos no solo en nuestra vida, sino en la de los demás. Y si con mis actos no consigo hacer nada por el mundo, tan sólo espero sentirme bien conmigo misma por saber que al menos yo lo he intentado.
Y en fin, con este post tan intenso (me he dejado cosas en el tintero sin profundizar demasiado en cada tema, pero no quería que se extendiera demasiado y se hiciera pesado de leer) vuelvo a la rutina de escribir.
Siempre me gusta el feedback en los posts que escribo (¿a quién no?), pero me encantaría, especialmente en este post, que dejarais comentarios dando vuestra opinión. Me gustaría saber qué piensan mis lectores, con qué tipo de personas me relaciono. 😉
Además, si tenéis alguna duda o alguno de los puntos que he escrito aquí os interesa que sea descrito de forma más detallada, haciendo más hincapié en algunas cosas o profundizando más en algún tema concreto, por favor decídmelo. Posiblemente a la larga y conforme vaya conociendo más cosas sobre cada tema, lo vaya haciendo, pero si tengo alguna sugerencia por vuestra parte será genial.
Y si hay alguien que esté en mi misma situación y le apetece que andemos juntos este camino, estaré encantada de tener compañía, puesto que los caminos nuevos y desconocidos con compañía siempre se caminan mejor.
Muchas gracias por leerme y por volver a estar conmigo.
Un beso enorme.
23 Comments
Primer comentario! (creo).
Coincido en cada punto contigo, sobre el consumo de carne es algo que me encantaría reducir, tengo que mentalizarme mucho ya que en general como bastante mal. Intentaré hacerlo, además ya hace tiempo que tengo que comer más sano y es una buena excusa.
Sobre la leche, aunque sea tirar piedras contra mi propio tejado (soy gallego) no bebo leche de vaca, principalmente porque no me sienta bien, bebo leche de almendra o soja, y los yogures estoy comenzando a tomarlos de soja también, poco a poco.
Yo apenas compro ropa, pero la verdad que deberíamos mirar más en dónde compramos, el otro día vi este programa en LaSexta sobre los talleres que tienen por el mundo..y menudo miedo.
Los grandes cambios se hacen poco a poco, de esta forma se consigue que sean duraderos, sigue así que me vales de ejemplo en lo de la carne y demás, cuenta tu experiencia 🙂
Un abrazo!
Mil gracias Alex por estar por aquí, me hace tremenda ilusión, ya lo sabes 🙂
Te animo a que empieces a mejorar tu comida (yo estoy en ello, es más duro de lo que pensaba, porque ¡apenas se nada de nada!).
Lo de la leche es mi mayor problema. Ya veremos. Además está el queso, que eso sí lo veo difícil porque ME ENCANTA. Pero bueno, como le he dicho a todos antes, no quiero ser radical, simplemente quiero ser más consciente y consecuente con mis pensamientos.
Ya te iré contando.
¡Un besico gordo!
Me encanta escribir comentarios largos y que Chrome se los meriende antes de darle a enviar xD en fin.
Yo, a lo de los huevos de corral, añadiría lo de las frutas y verduras de temporada, el pescado no explotado, y los productos de kilómetro 0. Son cosas que cuestan poco esfuerzo y muchas veces ni se nos ocurre mirar.
Por otro lado, tengo que intentar lo de las bolsas. En el super siempre llevo las mías, pero para el resto de cosas, es tan mecánico coger las que te ofrecen, que ni lo pienso.
Besis
Chrome está de un rebelde últimamente… jajaja
Lo de productos de km 0 es una muy buena cosa de la que empecé a leer hace poco y que había olvidado (gracias por recordármelo).
Lo de las bolsas es lo más importante jaja el otro día cuando me fui contigo yo por dentro me estaba poniendo muy tensa jaja hasta que ya en Nature te lo tuve que decir jajajaja
Gracias por comentar ;*
Completamente de acuerdo…Llevo una temporada siendo chica de barrio,uséase,intento comprar todo lo que puedo en el pequeño comercio,tienda ecológica,frutería,carnicería,pescadería,… Y si,compro huevos de corral,jeje! Con la ropa intento hacer lo mismo y visitar Inditex lo menos que puedo… En mi casa hay más cubos de reciclaje que armarios,jeje,que también es porque mi chico curra en energía solar y me tiene a ralla .
Un besito bombón y ánimo con tus nuevos propósitos.
¡Hola Begoña!
Me parece estupendo que te hayas convertido en una chica de barrio. Y por cierto, que suerte con lo de tu chico, ¡así estarás super puesta con las cosas!
Mil gracias por pasarte y comentar.
Vamos a andar este camino juntitas también 🙂
Un besete
Sis, tú me conoces y sabes que hay ciertas cosas que ya fui cambiando en mis rutinas, como por ejemplo con la carne. Dejé de consumir carne roja básicamente porque no me gusta (bueno, menos el solomillo… jaja), tampoco me gusta la carne de cerdo y el resto no merece ni la pena comerla (me da mucha penita el conejo, por ejemplo, matar un bicho para sacar tan poca carne…). No soy vegetariana, consumo pescado, marisco y huevos y a veces un poco de jamón ibérico, pero he reducido tanto en cárnicos que creo que ya hago bastante (y vendrá un vegetariano o un vegano a decirme que no). Prefiero eso que suplementarme con vitamínicos, sinceramente.
No tomo lácteos porque me sientan mal, pero es que si no me sentaran mal dejaría de tomar leche. Y el queso sí que me dolió en lo profundo de mi corazón, pero peco con un trozo cada mil…
Sobre la moda y los cosméticos, yo compro muy poquito. Justo este fin de semana me di una «pechá» a comprar, pero es que lo necesitaba y no suelo comprar nunca nada porque en mi cumpleaños ya me cae ropa. Sobre la moda sostenible, pues creo que es complicado, porque las marcas que he visto suelen ser de ropa con estilos que no me gustan, o no he encontrado ropa que me guste. Podemos hacer equipo en esto. Y por suerte, con la cosmética, PETA tiene la lista de las marcas que no testan, así que bien.
Yo casi siempre voy al supermercado con mi propia bolsa. Lo que no había pensado es en hacer lo mismo con otro tipo de compras. Creo que voy a buscar una bolsa de tela de comercio justo para llevar siempre encima y que con su compra colabore con alguna causa, ¿qué te parece?
Y qué me queda… ¡Ah, sí! Los transportes. Yo voy andando a todas partes a no ser que sea fuera de mi casco urbano, así que… (te hablo de un radio de 3-4 km.), y si no, transporte público. Por eso conduzco de pascuas a ramos xDDD.
Me encantan tus nuevos propósitos, sis. Espero no haberte aburrido con mi comentario mega largo XD.
Tu y yo querida sis, vamos más o menos a la par (además me influyes en muchas cosas, ya lo sabes).
Que bien lo vamos a pasar madre mía, en un lugar con tantas opciones 😀
Gracias por pasarte y comentar, como siempre ;****
Hola Laura!
Encantado de leerte de nuevo.
Me ha gustado mucho el post.
Te comento mi visión (personal) de los temas que tratas en el post (en el fondo, creo que lo dices, un único tema).
Mi punto de partida es que si estas vivo, interactúas con todo lo que te rodea (conscientemente o no)
y, por fuerza, eso tiene un impacto. Si te comes un filete de ternera, tienes claro ese impacto
pero no tanto si te comes una lechuga, pisas un hormiguero, desratificas tu casa, te tomas
un antibiótico, … Tan ser vivo
es una bacteria (que tu organismo trata de liquidar) como un perro que te da compañía
(y que seguro que lo sabes, hay países donde su carne es muy apreciada). En mi opinión no hay otra
opción que aceptar la vida como es, con todos sus perfiles, y, sobre todo, sin remordimiento.
Esto significa que todo vale; evidentemente no. Sin duda, también tenemos una responsabilidad respecto a
todo lo que nos rodea (al comer, comprar objetos, lavar ropa, …) y podemos poner
un pequeño grano de arena para que, al menos, reine un mínimo de armonía y justicia.
En cualquier caso tengo claro que es exactamente eso y ya está, un pequeño grano y que sin otros granos no
sirve para nada salvo para estar en paz consigo mismo (que no es poco). Por ello, yo actúo en consecuencia
independientemente de lo que hagan (legítimamente) los demás.
Como puedes suponer, respeto, por supuesto, a los vegetarianos y veganos pero yo no lo soy. Otra cosa
distinta es que yo realmente coma poca carne pero básicamente es porque hay otras cosas que me atraen más.
También procuro informarme al comprar y trato de no financiar indirectamente, digamos salvajadas, pero
como suele ocurrir casi siempre, no es una cuestión fácil por la cantidad de intereses en juego y, muchas veces,
simplemente por falta de información.
Ni que decir tiene que te animo a seguir tus propósitos y ya nos cuentas.
Perdón por el tocho.
Un saludo,
Santiago
¡Hola Santiago!
¡Cuanto tiempo! ¡Y no pidas perdón por el tocho! Me encanta leer vuestras opiniones 🙂
Está claro que si nos ponemos a pensar en todas las variables las cuentas no salen por ninguna parte jajaja
Por cierto te sorprenderías lo maja que soy con los bichitos. A las hormigas no las piso aunque me muera y a veces soy hasta incapaz de matar una mosca jajaja (cada vez siento más profundo respeto por los animales).
En el fondo si lo piensas estamos todos juntos en este barco.
Mil gracias por pasarte y comentar.
Un besico
Me ha encantado leerte, más que nada porque estoy en un momento muy pero que muuuuy parecido al tuyo.
El tema de la carne es una cosa en el que últimamente pienso mucho, en casa no consumo pero fuera sí y me siento un poco hipócrita pero también es verdad que a veces el cuerpo me lo pide. Además consumo queso porque me encanta, así que súmale incoherencia al asunto… y así con todos los temas que has ido sacando!
En gran parte me fui a vivir al pueblo porque me parecía que en una gran ciudad era aún más difícil ser coherente con mis ideales de respeto hacia la naturaleza y en llevar una vida sostenible, pero ahora me encuentro que aquí también es muy complicado… Así que mi blog nació con la idea de ir compartiendo ideas y procesos sobre estos temas, entre otros, y me hace muchísima ilusión ver como otras personas lanzan su voz a favor del cambio y usando las redes sociales como altavoz de otras formas de vivir y de funcionar más respetuosas con el medio ambiente y más sanas!
Así que gracias por compartir tus pensamientos y por hacernos parte de este momento! 🙂
Un abrazo!
Hola preciosa.
Mil gracias por escribirme. Me alegra mucho leer que estás en un momento muy parecido al mío, porque yo empecé a leerte a ti precisamente por esto mismo. Cuando leí que eras «green» jeje llamaste mi atención, puesto que yo ya estaba en proceso de cambio.
Respecto a lo de la carne, en realidad no creo que haya que sentirse hipócrita. A ver, está claro que si abogas por el trato respetable de los animales como yo, es un poco inquietante decir eso y luego comer cuando sales fuera, pero como dije en el post, creo que los radicalismos son malos y luego que, sinceramente, viviendo en la sociedad que vivimos (y yo, que vivo en un pueblo y no una ciudad con lo que las opciones se reducen drásticamente) es complicado ser vegetariano y no pasarlo mal cuando quedas con gente a comer. Por ejemplo, en mi cena de empresa siempre piden carne (porque es lo que ofrecen los menús), ¿como puedo decir yo como única «vegetariana» ante 25 personas que no quiero que pidan carne? Si es verdad que pueden ponerla y no comerla pero a) me quedaría con hambre b) pagaría por no cenar. Es que es complicado, la verdad.
A mi personalmente, más importante que dejar de comerla, es reducirla. No solo se nota a nivel físico sino que sé que estoy ayudando a que se reduzca el consumo en general. No sé, poco a poco. No nos agobiemos 🙂
En fin, me alegra ver que estamos juntas en este barco. Espero que andemos mucho cogidas de la mano y podamos ayudarnos y apoyarnos la una a la otra.
Mil gracias por leerme y comentar.
Un beso enorme.
Has puesto en palabras todos mis propósitos para este nuevo curso. El del maquillaje es en el que menos concienciada estoy pero es que utilizo poco. Lo de la carne lo voy reduciendo poco a poco pero tampoco quiero dejar de comerlo definitivamente.
La bolsa para comprar en el bolso lo tengo bien adquirido y siempre rechazo que me den más en las tiendas.
Lo de la comida sostenible es algo que me cuesta más por el precio, pero poco a poco vamos haciendo cambios.
Estupendo post!!
¡Hola María!
Lo primero de todo, mil gracias por leerme y tomar algo de tu tiempo para responderme, me hace mucha ilusión. 🙂
Me alegra saber que no «estoy sola» (aunque ya lo sabía pero siempre cuesta ver estas cosas, especialmente si no las hablas, claro jaja).
Yo creo que no hace falta en realidad que seamos radicales ¿sabes? lo digo por lo que comentas del maquillaje. Creo que más que ser radical y «acabar con todo» es más importante el ser consciente e intentar mejorar poco a poco, o cambiar y dar pequeños pasos, ya que, por pequeños que sean, siempre serán más grandes que no hacer directamente nada. Y por supuesto lo que dices de la comida, está claro, hay ciertas cosas que son muy caras y no podemos permitírnosla. Lo importante es hacer lo que uno pueda y sienta que puede hacer.
Gracias de nuevo.
Un besote.
Muy interesante todo y completamente de acuerdo en todos puntos (¿qué me está pasando? con lo porculero que he sido siempre) pero como no tengo mucho tiempo voy a comentar sólo sobre uno de los puntos, el plástico:
Lo de las bolsas está muy bien, pero no sirve de nada cuando dentro del supermercado TODO venga en envases de plástico, cubierto de plástico. ¿Dónde cojones se puede comprar a granel hoy en día? o al menos que el envase sea de cartón (de cartón de verdad, no plástico disimulado).
¿Tu sin hacerme la contra? ¿Qué está pasando? jajaja
Pues mira, lo creas o no, gracias a la crisis, el consumo de plastico se ha reducido mucho porque cada vez más (hasta en mercadona) traen a granel. Pero yo lo que hago es comprar la fruta en frutería y no meto las cosas en bolsitas, lo meto todo en una y ya está, porque me molesta que tengamos que usar bolsitas para todo para luego meterla en una más grande…
Me siento tan identificada con todo lo que escribes… Me encantaría ser vegetariana, pero no me gusta prohibirme nada, y como dices, ir a una cena y ser la única que no puede comer nada o ser la que pone pegas. Quiero reducir mi consumo de carne (sobre todo de carne roja que supuestamente es la que hace más daño al medio ambiente), y siempre siempre siempre compro huevos de gallinas en libertad (he visto gallinas en transporte y me he puesto a llorar.. sé que es un poco mal porque después como pollo, pero pienso que por lo menos mientras vivan, que tengan una vida más digna, no?), y para decir la verdad, la carne, cuando es buena, me encanta!
Sobre la moda es muy difícil decir algo sin que suene a hipocresía, ya que mi empresa es parte del consumismo, aunque en mi inocente ser pienso que al ser de calidad más alta que las cadenas grandes (sin mencionar nombres), lleva a menor consumo (supuestamente), y tenemos algunos materiales eco-friendly y nos gustaría incorporar alguna marca que utiliza material reciclado. Lo que más me molesta a mi es el uso de plástico; en el super, cada cosa está envuelta demasiado bien en sus x capas de plástico. Hasta en el Carrefour no me dejan comprar plátanos sin poner una bolsa de plástico alrededor. Como una mini empresa me gustaría decir que estamos buscando maneras de enviar y de envolver de manera más sostenible, pero el mayor problema es el coste (ejem… gobierno… menos impuestos a lo menos contaminante tal vez? 😉 )
Termino antes de que se me quede demasiado largo, pero de corazón me ha encantado el post (qué te parece la idea de hacer algún reto de un mes sin carne?) Un besote!
Hola Sylvia bonica.
Que sepas que estamos en la misma situación.
Yo también he llorado al ver animales en camiones siendo transportados (posiblemente hacia el matadero), puede que sea hipócrita porque luego nos los comemos pero sinceramente, una cosa no quita la otra ¿sabes?
Nuestros padres nos educaron en una dieta carnívora. Eso no es incompatible con que te duela el maltrato animal.
Por cierto y si te sirve para algo, las cajas de tus productos son preciosas y yo a día de hoy no he tirado ninguna, las reciclo. Una la tengo para los bikinis y la otra aún no la estoy usando porque tengo pendiente hacer las fotos de los regalos para el blog jejeje Pero vaya, que no es como una caja de amazon que vaya a tirar en cuanto la abra.
Además, te diría que usases esto como reclamo en la tienda. «Nuestras cajas son bonitas y reutilizables. Dale un uso en tu casa para guardar tus cosas y tenerlo todo ordenado» jejeje o algo así.
Gracias por proponerme lo del reto porque ¡pienso hacerlo!
¡A ver si entre todas nos animamos y lo conseguimos!
Mil gracias por pasarte y por comentarme muuuuuucho como dices tu. ¡Me encanta leeros! Así que para mi de largo no tiene nada esto.
Un besazo inmenso.
Hola Laura!
Acabo de toparme con tu cuenta de IG y luego con tu blog. Me encantó tu post porque estoy segura que motiva muchísimo a personas que están o quieren estar en el camino de cambiar al menos alguito a tu alrededor!
Con respecto a la leche de vaca, tal vez disminuir el consumo, comprar leche de granja y orgánica es lo que más me resulta a mí ya que no me voy a tomar un cappuccino con una leche vegetal. Cuando compromete el sabor de algo para mi es un NO.
Gracias por querer y contribuir a un mundo mejor!
Ale
¡Muchas gracias Ale!
Por pasarte, por seguirme y por comentar. Me hace mucha ilusión y para mi es un placer ver que hay gente que piensa como yo.
Mil gracias de nuevo.
Un besico
[…] arualchu en Septiembre: cambios en mi vida […]
¡hola! he llegado a este post por casualidad y me ha encantado leerlo 🙂
yo estoy en una situación parecida a la tuya: en enero dejé definitivamente de comer carne ya que desde hacía tiempo, cada vez más, había disminuido el consumo… no he dejado de comer carne porque no me guste sino porque cada vez se me hacía más difícil comerlo sabiendo lo que hay detrás del filete que estaba en mi plato… así que me decidí a hacerlo total. No soy vegetariana porque aún, solo si salgo a comer o cenar fuera y no puedo evitarlo, como algo de pescado.
me siento muy reflejada con lo que cuentas porque tampoco me considero radical en el sentido de dar charlas morales a la gente para que deje de comer carne. si me preguntan cuento mis motivos, ¡claro! y por supuesto que me gustaría que la gente no comiera carne (o por lo menos no tanta como nos han acostumbrado) pero es algo que cada uno debe descubrir o decidir si le llega el momento.
te animo a seguir con tu plan de conciencia animal, planetaria y todo lo demás y te seguiré para no perderme tus andaduras 🙂
¡Hola Ana!
Lo primero y ante todo, muchísimas gracias por leerme y por comentar ¡Me hace mucha ilusión ver caras nuevas! ^^
Yo tampoco soy vegetariana, sigo comiendo pescado, marisco… y no creo que vaya a dejarlo, la verdad. Y lo que tu dices, al salir por ahí fuera (o cuando te invitan tus padres/suegros/amigos y no respetan tus creencias..) muchas veces es difícil no comer nada que lleve carne o pescado, pero bueno, poquito a poco hacemos lo que podemos 🙂
Me alegra ver que hay gente en mi misma situación ¡la verdad! porque de momento, lo único que encuentro es tanto gente que sí come carne como gente que lo ha dejado radicalmente todo, y yo me siento ahí un poco en el medio, en tierra de nadie, sin saber si lo que hago es mejor o peor… Lo único que sé, es que es lo que me apetece hacer, la verdad (y porque al igual que a ti, cada vez me cuesta más comer carne, pese a que me gusta).
Un besico muy fuerte.
Nos vamos leyendo 🙂